
Editorial
PsicoanalÃtica
de la Letra
NOVEDADES EDITORIALES
EL ANÁLISIS SE EJERCE EN NEUTRO
Actualidad de István Hollós
De Gloria Leff

Gloria Leff despliega aquí el gesto decisivo de István Hollós, que habría de llevarlo a otorgar un lugar inédito a la locura dentro del campo freudiano. Durante su paso por distintos asilos húngaros, este pionero inaugura un ejercicio analítico singular: lejos de encerrar a los residentes, los escucha; recibe sus formas de expresión sin someterlas a los marcos de la psiquiatría ni a la terminología psicoanalítica. Así, abre un camino inexplorado para acoger esa palabra desacreditada, tildada de “loca” o “insensata”, anticipando algunas de las principales aportaciones de Foucault sobre la locura.
La libertad de su enfoque sorprendió al propio Freud, quien —en una confesión tan honesta como brutal, que aquí se reproduce—reconoce la audacia de su abordaje, al tiempo que revelaba por qué ese camino le resultó imposible de transitar.
Desde la efervescencia cultural de los cafés de la Budapest de comienzos del siglo XX hasta los deshabitados pasillos y rincones de La Casa Amarilla —la institución psiquiátrica más importante de Hungría—, la autora reconstruye los pasos precursores de István Hollós. Al destacar la delicadeza con la que se dirige a los pacientes y les cede la palabra, traza la cercanía entre su manera de ejercer el análisis y aquello a lo que apunta Jean Allouch —apoyándose en Barthes y Blanchot— cuando introduce la noción de lo “neutro” en sus últimos escritos.
MI DESPEDIDA DE LA CASA AMARILLA
Obra muy insólita del Dr. Telémaco Pfeiflein, sobre la liberación de los enfermos mentales
Presentación al público
por el Dr. István Hollós

No deja de llamar la atención el título del libro que el lector tiene en sus manos: Mi despedida de La Casa Amarilla. Obra muy insólita del Dr. Telémaco Pfeiflein, sobre la liberación de los enfermos mentales. Presentación al público por el Dr. István Hollós. Entonces, ¿quién es el autor? O como preguntara Michel Foucault: ¿Qué es un autor?
Salvo en la versión original en húngaro, todas las posteriores —en traducción al alemán, francés, italiano e inglés— modificaron el título y atribuyeron la autoría a “István Hollós”. A un siglo de su primera publicación, la presente versión en español restituye el título original y, con él, el lugar en el que el propio Hollós se colocó. En consecuencia, alude también al lugar del lector, a quien advierte: “Por mi parte, sólo pido al lector que no se escabulla de lo que en este libro podría parecerle, en un primer abordaje, inquietante. Se trata de introducir un poco de claridad y de serenidad en un problema oscuro y perturbador.”
La Casa Amarilla, que fue la principal institución psiquiátrica en Hungría, es el escenario de los relatos de un analista pionero que, al dejar de lado la terminología psiquiátrica y retomar —muy a su manera— la naciente terminología psicoanalítica, se aventura en las regiones más inciertas del pensamiento freudiano. En su forma de prestar oído a la locura, sorprende hasta qué punto queda suspendida la búsqueda de sentido. Con gran cuidado y delicadeza, Hollós da voz a cada uno de los habitantes de la Casa Amarilla.
Se abre así, para los lectores hispanohablantes, una perspectiva original del ejercicio analítico, insoslayable para los interesados en la locura y el psicoanálisis.
Este libro ingresa en el trabajo de Gabriela Liffschitz (1963-2004) a partir de un ternario de espacios que hacen lugar al carácter poliédrico de su obra: literario, analítico y de la mirada. Tal apertura modela la escritura, de manera que la pluma se mueve entre la literatura, la fotografía y el psicoanálisis con una ductilidad que evoca la danza de contacto. En Contact improvisation y en Hacerse ver son fundamentales el reparto de pesos, el equilibrio, la gravedad, la inercia y la distancia, tanto como los puntos de contacto con el “partenaire”.
En el espacio literario, se toman los primeros libros de Liffschitz –Venezia (1990) y Elizabetta (1995)– para considerar un lenguaje que crea un universo propio, y donde lo determinante es el clima que genera la escritura.
En el espacio de la mirada, se recurre a una muestra (2000), donde la artista expuso fotografías de su cuerpo tras una mastectomía, a sus libros Recursos humanos (2000) y Efectos colaterales (2003), y a la película Bye bye life, de Enrique Piñeyro. “¿Qué la llevó a fotografiar su cuerpo ‘enfermo’ de ese modo en el Buenos Aires de comienzos del siglo XXI? ¿Qué buscaba mostrar y para qué?”, pregunta el autor. Los interrogantes adquieren más relevancia en tanto se reconoce que Liffschitz enfrentó una enfermedad y exhibió su cuerpo, pero también inició un proceso que revela la fotografía como una “tecnología de sí” para actualizar el vínculo con su carne, la imagen corporal y la mirada, reinscribiéndose en la dimensión simbólica.
En el espacio del análisis, se ponen en relación las performances fotográficas/textuales de la artista con su experiencia analizante, dado que –como ella lo hace saber en Un final feliz (2004)– estuvo “diez años en análisis freudiano y ocho años con un lacaniano” al mismo tiempo que fue diagnosticada de cáncer y compuso las obras citadas. El autor se aventura hacia un sitio nunca explorado: la confrontación del supuesto saber del analista con el testimonio de un análisis.
Para concluir, José Assandri, tal vez facilitado por la perspectiva que otorga mirar aquello acerca de lo que escribe desde la otra orilla del Río de la Plata, ofrece una reflexión crítica sobre la práctica del psicoanálisis en Buenos Aires, la autoproclamada “capital mundial del psicoanálisis”, y sobre la figura del “analista de vidriera”.
Hacerse ver aporta un recorrido que, más allá de la singularidad de Liffschitz, amplía el entendimiento de la constitución de la dimensión imaginaria en su relación con la fotografía, desdeñada, poco considerada u obviada en el psicoanálisis, especialmente en lo que respecta al estadio del espejo y el esquema óptico generalizado.
El tratamiento con el que se encara este trabajo excede cualquier exégesis y convierte a este libro en un rara avis del psicoanálisis.
Helga Fernández
NOVEDAD EDITORIAL
VITALIDAD DE LO NEUTRO, NEUTRALIDAD DE LO VITAL
SOBRE LA LOCURA Y SU OTRO GIRO
de JEAN ALLOUCH
En su sorprendente vitalidad, lo neutro se encuentra aquí en la confluencia de algunas aproximaciones. Porque hubo en Francia una ligera brisa producida por tres autores que interrogaron lo neutro sin que previamente se pusieran de acuerdo: en 1969, Maurice Blanchot con La conversación infinita, en 1975, Louis Marin con La Critique du discours y, en 1978, Roland Barthes con su curso en el Collége de France, publicado mucho después.
En esta obra, cuya publicación estaba preparando en el momento de su muerte, Jean Allouch dio paso a lo neutro en el ejercicio analítico. Siguiendo un cuestionamiento de la "función psi", claramente descrita por Michel Foucault, se encontró en la misma línea de una pregunta de Louis Marin: ¿acaso es posible construir una manera de decir o escribir que no sea o no parezca la de un sujeto como potencia de afirmación propia de un yo?

NOVEDAD EDITORIAL
POR UN PSICOANÁLISIS EMANCIPADO
REANUDAR LA SUBVERSIÓN
